Llega al Museo del Noreste la exposición Tlateccáyotl, los artistas de las piedras preciosas
En el marco de la celebración de los 15 años del Museo del Noreste, 3 Museos y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Museo del Templo Mayor, presentan la exposición Tlateccáyotl: los artistas de las piedras preciosas, muestra dedicada al antiguo arte de la lapidaria, que será inaugurada el miércoles 26 de octubre a las 19:30 horas.
La exposición permite conocer el origen, los instrumentos de trabajo y evidencias de producción de las ofrendas procedentes de excavaciones del Proyecto Templo Mayor y otros acervos del INAH, así como los estudios más recientes sobre la lapidaria del Templo Mayor, el oficio artesanal entre los nahuas, las rocas y los minerales empleados en estos bienes de prestigio y poder, y las cualidades y el papel que tenían los artesanos toltecas (maestros lapidarios).
La información que se presenta sobre este noble oficio se obtuvo de las referencias en documentos históricos como el códice Florentino y el Códice Mendoza o Mendocino y de los objetos mismos recuperados desde hace más de cuatro décadas por el equipo de expertos en las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, aunque otros proceden de las excavaciones del Programa de Arqueología Urbana y de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH.
Además de la muestra Tlateccáyotl, se suma al espacio expositivo del Museo del Noreste, Los niños de las piedras preciosas, una muestra de corte educativo que, a través de las tradicionales calaveritas de días de muertos, dioramas y gráficos, nos conduce por la narrativa de un pequeño artesano lapidario mexica. Esta exhibición fue desarrollada por Francisco Rivas, quien ha emprendido una empresa de divulgación cultural con la finalidad de compartir episodios relativos a la historia nacional.
MENSAJEROS DE LOS DIOSES
El Dr. Emiliano Melgar Tísoc, investigador del Museo del Templo Mayor y curador de la muestra, coordina desde hace cuatro años un equipo multidisciplinario e interinstitucional que estudia una selección de 10 mil piezas de la colección de lapidaria del Templo Mayor.
Gracias al apoyo y facilitación de los laboratorios especializados de la UNAM, la Universidad de Guanajuato y el CONACYT se muestra la caracterización de los materiales constitutivos, la identificación de las técnicas de manufactura, el registro de secuencias de elaboración —a través de imágenes por transformación de reflectancia—, las preferencias culturales por determinadas materias primas y la medición de proporciones faciales para clasificar máscaras y figurillas.
Entre las novedades de las que se hace partícipe al público, está el descubrimiento de la primera reliquia procedente de una región inconquistable para los mexicas: la tarasca; y de otras más provenientes de la Huasteca. Se añade la certificación de otras piezas extraídas de sitios olmecas, zapotecas, mayas y de la urbe de Teotihuacán, ocupados en los periodos Preclásico y Clásico.
Los temas se ejemplifican con una cuidadosa selección de obra, 70% inédita para el público. Se exhibe el primer objeto identificado de la cultura mezcala, hecho en travertino; la figurilla de estilo xochicalca más completa hallada en Templo Mayor, un pendiente de jadeíta con un rostro maya, una pieza de azabache en forma de mano y un diminuto cincel elaborado en el llamado “jade azul olmeca”.
“La exposición ahonda en lo descrito por fray Bernardino de Sahagún y sus informantes en la Historia general de las cosas de Nueva España, respecto a este arte. El tlateccáyotl (arte lapidario) requería diferentes grupos de especialistas como los tlatecque (cortadores de piedra en general), los chalchiuhtlatecque (gematistas) y los chalchiuhtlacuiloque (el que esculpe la piedra preciosa). De la gama de materiales pétreos empleados, se consideraba particularmente el color, el cual se vinculaba con la vida ritual, la cosmovisión y su simbolismo”, señala Melgar Tísoc.
Entre las características a considerar para que los minerales pasaran por las manos de los artesanos toltecas estaban la dureza, el brillo, el lugar de origen, el tipo de uso y propiedades medicinales. Dichos artesanos eran artífices consumados que tenían cualidades morales e intelectuales y, a través de su quehacer y sus obras, se convertían en mensajeros de los dioses, siendo los más estimados los que laboraban en los talleres palaciegos, como el ubicado en el totocalli o “casa de las aves” del palacio de Moctezuma II, donde se reunían los artesanos que producían artículos de lujo, como pintores, orfebres, oficiales de pluma y lapidarios.
“Había más de una forma de acceder a este oficio. Se consideraban agraciados los nacidos en ciertas fechas o podía verse favorecida si los padres obsequiaban al niño las insignias que caracterizaban a las divinidades benefactoras de estas artes. Hay quien también podía dedicarse al tlateccáyotl por parentesco, al transmitir el oficio a través de la palabra y la práctica, de padres a hijos; nacer en un barrio lapidario era un factor importante o que los maestros observaran estas habilidades en sus alumnos, ya fuera en el calmécac (escuela de nobles), el telpochcalli (escuela de barrio) o el cuicacalli (casa de canto)”, agrega.
La exposición Tlateccáyotl: los artistas de las piedras preciosas, se inaugurará el miércoles 26 de octubre a las 19:30 horas en el Museo del Noreste, la entrada será gratuita, para más información puede consultar la página www. 3 museos.com