Pastoral Siglo XXI.,-Este domingo, en la Catedral de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López celebró la Eucaristía pidiendo por el alma de los sacerdotes Jesuitas Joaquín Cesár Mora Salazar y Javier Campos Morales asesinados en Cerocahui, Chihuahua.

Durante la homilía, el Arzobispo de Monterrey, invitó a unirse en la oración por los dos sacerdotes a quienes les fue arrebatada la vida en defensa de un hermano laico.

“Vamos a unirnos en oración, vamos a presentar ante Cristo a dos de sus hijos, compañeros de viaje, a Javier y a Joaquín, ellos son de la compañía de Jesús, el carisma de esta congregación es ser compañeros; cuando le preguntaron al padre Javier qué hacía en la sierra Tarahumara dijo: “estoy para acompañar al pueblo”, es acompañar a Jesús, ser compañeros de viaje en este viaje tan difícil, tan complicado, tan agresivo, pero que junto a Jesús podemos respirar perdón, misericordia y amor”.

Mons. Cabrera realizó un llamado a toda la comunidad para colaborar a favor de la paz.

“Es tiempo ya de parar la violencia, cada uno debemos hacer lo que nos toca en nuestra familia, en nuestro barrio o colonia, en nuestra ciudad, en nuestras comunidades, católicos o no católicos”.

El también Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, realizó tambien un respetuoso llamado a las autoridades para resolver esta situación difícil que enfrenta el país.

“Desde esta Eucaristía también queremos animar a nuestras autoridades a que estén dispuestos a detener la violencia, esa es la labor de la autoridad, contener al malvado, contener al violento, para que podamos todos respirar algo de paz y de tranquilidad”.

Don Rogelio, se refirió también en su mensaje a no perder la calma a casa del la escases de agua que enfrenta la comunidad.

“Aquí en Monterrey a toda esta situación de inseguridad se suma también la sequía, no hay agua; que la lucha de sobrevivir no vaya a provocar más violencia, las autoridades tienen que acelerar la solución a esta dificultad, los ciudadanos tenemos que ahorrar agua, tenemos que ser propositivos, sólo así se enfrenta una dificultad, entre todos haciendo un verdadero pacto social”.

Finalmente, dirigió unas palabras de aliento a los familiares de los sacerdotes Jesuitas, quienes estuvieron presentes en la celebración dominical.

“Queremos dar ánimo y dar consuelo a los familiares de los padres Joaquín y Javier, algunos de los hermanos nos acompañan en esta Eucaristía, que sepan que esta Iglesia de Monterrey donde brotó la vocación de ambos, porque ellos aquí iniciaron su vocación, también les acompañemos con nuestro cariño y nuestra oración”.