Muere Taylor Hawkins, baterista de los Foo Fighters, horas antes de su actuación en Bogotá

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El mundo de la música, del rock and roll en particular, ha sufrido un mazazo inesperado este viernes. Taylor Hawkins, el baterista de los Foo Fighters, uno de los músicos más brillantes de una generación y junto a Dave Grohl emblema de la banda estadounidense, ha muerto este viernes en Bogotá a los 51 años horas antes de que la banda actuara en el Estereo Picnic, un festival de música que se celebra a las afueras de la ciudad.

El grupo lo anunció a través de su cuenta oficial de Twitter: “La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y eterna pérdida de nuestro querido Taylor. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre”.

El baterista murió en el hotel Casa Medina, de la cadena Four Seasons, donde se hospedaba la banda.

“La causa de la muerte se encuentra por establecer, de acuerdo a versiones de allegados el deceso podría estar asociado al consumo de sustancias estupefacientes”, informó la Policía Metropolitana de Bogotá en un comunicado.

Nada más conocerse la noticia, los alrededores del hotel, donde habitualmente se hospedan las grandes estrellas que visitan la capital colombiana, se llenaron enseguida de policía, medios de comunicaciones, curiosos y seguidores. Sergio Rubián se enteró de la noticia cuando estaba ya en la cama, pero no dudó en acercarse hasta allí: “Terrible.

Es de ese tipo de acontecimientos que te cuesta mucho asimilar. No lo crees, pero desafortunadamente así sucedieron las cosas”. También Ricardo Rodríguez, que creció escuchando a Foo Fighters, y Sofía se acercaron hasta el hotel para prender una velas en su memoria.

El público tardó en darse cuenta de lo ocurrido mientras esperaba frente al escenario a que la banda estadounidense saliera a tocar a las once de la noche. La organización del festival comunicó por las pantallas del recinto que por situación “médica de mucha gravedad” Foo Fitghters no iban a actuar.

Mientras, en otro de los escenarios del festival, el concierto de Black Pumas empezó con retraso, pero al salir anunciaron lo ocurrido e hicieron un minuto de silencio. A la hora prevista del concierto, en el espacio reservado para los Foo Fighters, se comenzaron a encender velas.

El público se reunió ante la tarima en un completo silencio. Cinco minutos antes de la medianoche, el festival homenajeó al músico y en todos los escenarios sonó My Hero.

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