El viacrucis en tiempos de pandemia

0

El camino que Jesús recorrió del Pretorio al Gólgota, vía dolorosa después de la cual fue sacrificado, no podrá ser recordado en su representación presencial por segundo año consecutivo, como en muchas partes del mundo, pero en la reflexión de muchos feligreses sus pasos guardan algunas similitudes con el contexto actual de la pandemia.

Es una creencia popularizada que el sentido de la representación del viacrucis es la reflexión sobre la muerte del Cristo, pero en realidad la última estación de este pasaje bíblico es la Resurrección, como lo subraya Benjamín García Chaires, director del Departamento de Espiritualidad Universitaria para el Servicio (DEUS) de la Universidad de Monterrey.

“Hay que gente que vive el viacrucis, lo sintoniza con su historia de vida, pero se queda en ese momento de dolor y muerte; si nuestra fe y nuestra devoción nos lleva hasta ese momento, estaría incompleta: el dolor y la muerte tienen sentido por la Resurrección”, sostuvo.

García Chaires explicó que el viacrucis es una representación temática, de 15 estaciones, que tiene que ver con la pasión y muerte de Jesús, por eso se conmemora los días previos en Cuaresma y en Semana Santa, especialmente, el Viernes Santo.

“La comunidad UDEM, la comunidad de fieles cristianos y el mundo estamos llamados en este tiempo de pandemia a levantar la mirada hacia la Resurrección”, destacó.

El profesor universitario reflexionó sobre la posibilidad de encontrar asociaciones entre la situación de contingencia sanitaria en la que se encuentra el mundo y las diferentes estaciones del camino al Calvario de Jesús.

“Este símbolo universal, el viacrucis, tiene mucho significado porque se asocia mucho a la realidad que viven muchas personas, muchas familias y en general la sociedad; podríamos entender que la pasión en estos tiempos es el tiempo de incertidumbre y el tiempo de aislamiento que hemos vivido por más de un año”, expuso.

JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Aquellas personas que desafortunadamente fueron infectadas con este coronavirus y se encuentran con síntomas graves o que están hospitalizados son quienes “han cargado con la cruz”.

García Chaires refiere que, en lenguaje coloquial, se dice que “cargar con la cruz” o “es la cruz que te tocó” es cuando se vive una situación problemática y está asociado al sufrimiento; se puede asociar el “cargar una cruz” a situaciones de enfermedad o de muerte, de pérdida de empleo y de desestabilidad.

“Ampliando el contexto, también podemos hablar de esa cruz cuando tengo un conflicto interno, que me lleva a perder mi estabilidad emocional, espiritual o de relaciones interpersonales; hay otros aspectos que son igual de impactantes y fuertes (que la enfermedad o la muerte) que hay que atender”, advirtió.

SE ENCUENTRA CON SU MADRE EN EL CAMINO

El profesor de la UDEM señaló que es una realidad “muy cruel” saber que un familiar cercano, como un esposo o esposa, hijo o hija, padre o madre, está en un lugar aislado, dentro de un hospital y no poder estar a su lado, acompañándolo.

“Cuando faltan estos procesos, cuando en muchos de los casos no hay un funeral, no hay ese tiempo de despedida y que tiene que hacerse casi de inmediato una cremación, esto hace que no se viva lo que conocemos como el ciclo del duelo que debemos vivir, el momento que expreso el dolor que siento, pero me encamino a una conciliación y aceptación de esa realidad”, describió.

“Esto nos puede llevar a una problemática que se va a presentar con el tiempo, porque hace falta cerrar esos ciclos y, si no los cierro ahorita, el día de mañana me puede afectar emocionalmente”, advirtió.

CIRINEO AYUDA A LLEVAR LA CRUZ

García Chaires indicó que la estación de quien ayuda a cargar con la cruz a Jesús es equiparable a la situación de quienes están en la primera línea de atención al COVID-19.  

“Los doctores, las enfermeras, el personal administrativo, de trabajo social y de limpieza, que están en esa primera línea, son esos Cirineos que ayudan y que muchos de ellos han perdido la vida”, asentó.

Por esto, el catedrático manifestó que también el concepto de ese Cirineo conlleva un sentido de incomprensión: por una parte, se lleva el aplauso, pero, por otra parte, se puede reconocer que no están trabajando en las condiciones adecuadas para poder llevar a cabo su misión.

“Cuando hay ausencia de material sanitario en algún hospital, que han denunciado que en determinado momento no cuentan con el suficiente material de trabajo, ese Cirineo que se lleva el aplauso por su servicio, de alguna forma también es golpeado por la realidad”, afirmó.  

VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Ampliando el concepto del que se acerca a suavizar el dolor del otro, como lo destacó García Chaires, hay otros especialistas y ciudadanos: los voluntarios, que son los que escuchan a quien tuvo una pérdida, el que acompaña al enfermo, el que hace un proyecto social o se vincula con alguna campaña.

“El despertar a una solidaridad social que nos lleve a decir: ‘a lo mejor no tengo mucho, pero me acerco con el que necesita’, también se da a nivel social, no solo en un ámbito hospitalario, y es importante dimensionarlo, porque es un tiempo propicio para que el valor de la solidaridad se haga efectivo en ese meter las manos por el otro”, subrayó.

LA RESURRECCIÓN

Hay quienes no han enfermado y padecido los síntomas del virus, pero hay quienes se enfermaron y perdieron la vida, perdieron la batalla de sus proyectos, de su caminar en la vida, y las familias a las que pertenecían también llevan el dolor de la pérdida, pero, para García Chaires, si esto no es visto desde la óptica de la Resurrección hacia donde conduce el viacrucis, “es un sinsentido, deja un hueco, deja asuntos inconclusos”.

Para el especialista en temas religiosos, la invitación de celebrar el viacrucis, pasión y muerte, tiene que ser desde esa esperanza que lleve al creyente hacia la Resurrección, “en medio de un panorama incierto, de muchos altibajos: levantar la mirada y tener a la figura de este Jesús que vence la muerte y que resucita para darnos una nueva oportunidad de vida”.

“Cuando levantamos la mirada y vamos camino a la Resurrección, entonces tiene más sentido el haber sufrido, el haber padecido y muerto para tener esta esperanza renovada y celebrar la vida en medio de lo que nos ha presentado la realidad”, apuntó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *