Texas ejecuta a un hombre por el secuestro y asesinato de una niña de 5 años
CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Autoridades del estado de Texas, en Estados Unidos, ejecutaron a David Santiago Rentería, quien fue condenado a muerte por secuestrar y asesinar a una niña de 5 años hace casi 22 años.
Rentería era un latino de 23 años. Lo declararon muerto a las 19:11 horas del jueves 16 tras recibir la inyección letal en la prisión de Huntsville, cerca de Houston, de acuerdo con el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Sus últimas palabras para su familia y la de la víctima como testigos fueron:
“Lamento todos los errores que he cometido. Y a aquellos que han pedido mi muerte y que están a punto de asesinarme, los perdono”, dijo.
¿Qué hizo Rentería?
El 18 de noviembre de 2001, Rentería aprovechó un descuido de los padres de Alexandra Flores, de 5 años, para secuestrarla en unos grandes almacenes Walmart de la ciudad de El Paso, Texas.
Las cámaras de seguridad grabaron cuando Rentería se llevaba a la niña de los almacenes, donde sus familiares realizaban compras navideñas.
El cuerpo de la niña fue encontrado al día siguiente, desnudo y quemado, en un callejón a 25 kilómetros del lugar del secuestro. La autopsia reveló que fue estrangulada.
Rentería estaba en libertad condicional por actos indecentes con un menor, según registros del Departamento de Justicia Criminal de Texas.
El sujeto reconoció el secuestro de la menor, pero dijo que fue por encargo de la banda carcelaria Barrio Azteca que, supuestamente, lo había amenazado. Culpó a un sujeto apodado “Flaco” de la muerte de la niña.
Pero los fiscales demostraron que su confesión era infundada porque encontraron sus huellas en una bolsa de plástico colocada en la cabeza del cadáver.
La ejecución de Rentería fue la octava que realiza Texas este 2023 y la número 23 en todo el país.
Desde que se reintrodujo la pena de muerte en 1976, han sido ejecutadas en el país mil 581 personas, de las cuales 586 fueron en Texas.
Unos Minutos antes de la ejecución de Rentería, en Alabama se le aplicó la inyección letal a un preso por un asesinato cometido en 1993.
