Fallece a los 68 años el primer actor Alonso Echánove

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GUANAJUATO, Gto. (apro).- El actor guanajuatense Alonso Echánove falleció la noche del jueves 30, a los 68 años de edad, mientras se encontraba hospitalizado en una clínica en León.

Primer actor de cine, teatro y telenovelas, Echánove formó parte de una estirpe artística; hijo de la actriz Josefina Echánove y hermano de la cantante María del Sol; su carrera actoral comenzó haciendo teatro, igual que su madre Josefina, quien participó en los Entremeses Cervantinos dirigidos por Enrique Ruelas para el Teatro Universitario, origen del Festival Internacional Cervantino.

Ganó dos Arieles y un reconocimiento como mejor actor hispanoamericano, en una amplia trayectoria en las que filmó cerca de cien películas, 24 telenovelas y estuvo en más de un centenar de puestas en escena.

Entre los filmes que protagonizó se encuentran “La vida conyugal”, “Los motivos de Luz”, “Principio y fin”, “Goitia, un dios para sí mismo”, “En medio de la nada”, “Modelo antiguo”, “Lolo”, “Ciudades oscuras”, “Pueblo de Madera” y “Mentiras piadosas”.

Egresado de la Escuela de Teatro de Xalapa, llegó a ser profesor de otras generaciones de actores, como Luis Felipe Tovar.

Daños en su salud derivados de adicciones (a lo que hizo referencia públicamente en varias entrevistas) lo llevaron a un semi retiro de los escenarios y a residir en la ciudad de Guanajuato, en la casa familiar.

En Guanajuato recibió diversos homenajes, uno de ellos por parte del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

Permaneció por poco más de dos décadas al frente del grupo de actuación de la Universidad de Guanajuato, inicialmente como el “Taller de actuación de Alonso Echánove”. Además de dirigir, regresó a los escenarios, en algunos corto y largometrajes.

El excoordinador del Cine Club de la Universidad de Guanajuato y promotor cultural José Luis Jiménez, dijo a Proceso que el mismo Alonso, quien daba charlas también sobre adicciones y la fama, “comentaba que se vino a reconciliar consigno mismo a Guanajuato”.

“Conocí su mejor etapa como ser humano…él siempre decía que era un milagro vivo, que vivía el día a día como si fuera el último; haber sobrevivido seis infartos cerebrales le daba la seguridad de que dios lo quería mucho y lo había dejado por alguna razón”, señala Jiménez.

“En su momento fue reconocido como el mejor actor mexicano. Pero después, a partir de esos años en los que, como él decía, cayó al hoyo y creyó que no podía levantarse, tuvo el valor y la fuerza de reponerse y seguir triunfando”.

Proceso pudo conocer que la voluntad del actor fue que sus exequias se realicen en la intimidad familiar.

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