Realiza UMAE No. 25 del IMSS Nuevo León insólito trasplante cruzado
Una mala noticia de incompatibilidad entre familiares dio pie a una historia insólita de éxito y solidaridad: gracias al primer trasplante cruzado realizado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una mujer de 38 años y un hombre de 34 recibieron los riñones que necesitaban para mejorar su calidad de vida.
El caso doble fue llevado a cabo por el equipo de trasplantes de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), Hospital de Especialidades No. 25, del IMSS en Nuevo León, el pasado 24 de agosto.
La historia de altruismo fue protagonizada por dos parejas de familiares. En la primera, Liliana Saraí Rosario Meza, donaría un riñón a su hermana menor, y en la segunda, Norma Angélica Lomelí Rodríguez, ofrecía su riñón a su esposo. Sin embargo, desafortunadamente donadoras y receptores resultaron incompatibles.
No obstante, gracias a que diversos factores jugaron en favor de los pacientes, fue posible realizar el trasplante cruzado: Liliana Saraí donó su riñón al esposo de Norma Angélica, mientras que ésta última, hizo lo propio con la hermana de la primera.
El jefe de la División de Trasplantes en la UMAE No, 25, doctor Gerardo Luna López, explicó que cerca de 50 personas, entre cirujanos, anestesiólogos, nefrólogos y personal de enfermería, trabajaron de manera simultánea en cuatro quirófanos, durante seis horas, para llevar a cabo dos nefrectomías laparoscópicas (procuración de riñones) y los dos trasplantes renales.
Comúnmente, cuando la incompatibilidad se presenta, el hospital busca en otras parejas pruebas compatibles, sin embargo, la práctica ha demostrado que es poco probable encontrarlas fuera del entorno familiar, por lo que los pacientes se ven obligados a volver a la lista de espera, detalló el médico nefrólogo con adiestramiento en trasplante renal en la UMAE No. 25, doctor Fausto Manuel Pech Novelo.
Para los médicos, compartió Pech Novelo, fue una muy grata sorpresa encontrar la compatibilidad en dos parejas ajenas una de la otra.
El especialista explicó que, en ambos casos, se trataba de un segundo trasplante para los pacientes, pertenecían al mismo grupo de edad, los donantes eran del mismo grupo sanguíneo y su función renal era muy similar. Por lo tanto, el equipo interdisciplinario del Hospital de Especialidades No. 25, ofreció el trasplante cruzado.
Los donadores respondieron con solidaridad a la alternativa médica y firmaron de consentimiento ante un notario público para ofrecer los riñones de manera cruzada.
Gracias a esta historia única, la realidad ha cambiado para ambas familias. Las donadoras salieron 72 horas después de una cirugía laparoscópica, y los pacientes trasplantados a los 10 días, todos con un pronóstico de salud favorable.
En el caso de la mujer que recibió el riñón de Norma Angélica, tenía tres años de haber tenido un trasplante fallido, por lo que, durante los últimos tres meses, recibía hemodiálisis en la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
“Pensábamos que mi hija iba a donar a mi otra hija y resulta que no, nos sorprendió mucho porque son hermanas, fue un tiempo de mucha frustración, de mucha tristeza”, recordó Carlos Andrés Rosario Hernández, padre de Liliana Saraí y su hermana.
“Lo grandioso es que el doctor Pech nos dijo, ‘hay esta posibilidad’, lo del trasplante cruzado, y para nosotros como familia, esa fue una posibilidad de vida, ella es una mujer arquitecta, activa, empresaria, exitosa, que luchaba con ese lastre”, compartió Carlos Andrés. “El apoyo del IMSS es trascendente en la vida de los mexicanos, el Instituto juega un papel vital”.
Por otra parte, originario de San Luis Potosí, el hombre trasplantado había recibido hace siete años un riñón que fue rechazado por su organismo, por lo que todo ese tiempo dependía del tratamiento de hemodiálisis y esperaba un segundo trasplante.
Su esposa, Norma Angélica Lomelí Rodríguez, dijo haberse preparado por mucho tiempo para intentar ser donadora y, cuando las pruebas con su marido fueron incompatibles, “nuestro mundo se derrumbó”.
“Sin embargo, a los tres o cuatro días recibimos una maravillosa llamada, donde me informa el doctor Pech, que había posibilidad de donación cruzada. A mí me llenó mi corazón de muchas emociones muy hermosas, porque yo decía: ‘cómo pido que alguien muera para que mi esposo viva’”, expresó Norma Angélica.
“Cuando llegó esto dije: ‘qué bendición dar mi riñón a una familia y ese riñón que no pudieron darse entre ellos, dárnoslo a nosotros’. Salimos compatibles, algo increíble, fue algo maravilloso, una oportunidad que nos abrió el mundo entero, es un milagro”, compartió la mujer donadora.
Feliz, Norma Angélica comenta, que en las videollamadas a su esposo “no le cabe la sonrisa en el rostro” y, ahora sí, habla de planes para su futuro.