Por: Jorge Maldonado

Familias neolonesas aprovecharon el buen clima para acudir a visitar a sus seres queridos a los diferentes panteones del área metropolitana.


Aunque los días fuertes de esta tradición son el primero y dos de noviembre, desde este sábado ya se empieza a ver la llegada de muchas familias.


Desde temprana hora, la gente comenzó a llegar a estos lugares para visitar las tumbas y de paso darles una manita de gato debido a que muchas se encontraban sucias.


Algunas lo hacían acompañadas de trapos, cubeta y jabón, otros acompañadas de jóvenes dedicados a la limpieza de tumbas para que realizaran el trabajo.


“Decidimos acudir a visitar a nuestros seres queridos este sábado porque hay muy poca gente en este lugar, ya sabemos cómo se ponen los días del primero y dos de noviembre, por eso mejor ahora que tenemos el tiempo suficiente”, expresó María de la Luz López, habitante de la colonia Tierra Propia en Guadalupe que acudió al panteón Las Escobas en Guadalupe.


Poco a poco los panteones comenzaron a llenarse de colorido y las tumbas a recobrar vida, con las flores y toda clase de regalos que llevaba la gente.


La pandemia ha ocasionado que, en los últimos dos años, las cosas sean diferentes, pues mientras en el primero, el acceso estuvo restringido y en algunos lugares hasta prohibido, ahora será diferente.


Los visitantes tendrán que hacerlo cumpliendo todas las normas o protocolos sanitarios implementados por las autoridades, desde el uso del cubrebocas, el gel antibacterial, hasta la sana distancia.


La pandemia aún impide pasar todo el día con los fieles difuntos, pero dice la tradición qué ellos si pueden estar todo el día en casa en donde les prepararan la comida que les gustaba.


“El año pasado no pudimos venir por la pandemia, ya ve que muchos lugares prohibieron que viniéramos, ahora tomando todas las medidas preventivas acudimos con gusto, yo vengo a ver a mi marido, al cual lo tenía bastante abandonado por el Covid”, explicó Paula Hernández, habitante de la colonia Valle Verde que acudió al panteón Dolores.


Y mientras otros llegaban con mariachis o tríos, para los neoloneses el volver a estos espacios, era otra forma de despejar un poco la mente de los problemas que sigue ocasionando la pandemia.


En los días siguientes seguramente se intensificará la visita a los panteones, para estar un rato con esa parte física qué subsiste de abuelos, padres, hermanos e hijos que se

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