Exhorta Arzobispo de Monterrey a partidos a terminar guerra sucia

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Ante el comienzo de las próximas campañas electorales, el Arzobispo de Monterrey, ha publicado este domingo 28 de febrero, un documento titulado: “Por una sinodalidad política” con el propósito de «colaborar con los fieles católicos, y con toda persona de buena voluntad, para que participen de manera informada, responsable y propositiva».

Monseñor Rogelio Cabrera López, en su mensaje dominical, compartió que en su deber y en su derecho como Pastor de la Iglesia, atiende a la misión de acompañar a los fieles en el seguimiento de su proyecto de vida.

Por ello, presenta un par de reflexiones, tomando como referencia la reciente encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti (hermanos todos), que ayudarán en el discernimiento que exige el próximo proceso electoral.

El también Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, comienza este documento exponiendo la situación política en los últimos tiempos, la cual “no goza de la mejor imagen” y se relaciona con “la mentira, el oportunismo y la corrupción” y la realidad de las “campañas sucias” entre partidos políticos, en vez de centrarse en ofrecer sus propias virtudes y proyectos viables de mejoría.

“Lo que hasta hace pocos años no podía ser dicho por alguien sin el riesgo de perder el respeto de todo el mundo, hoy puede ser expresado con toda crudeza aun por algunas autoridades políticas y permanecer impune” (Fratelli tutti, 44 – 45)”

También, expone la constante fragilidad doctrinal de los partidos políticos y de sus militantes, ya no importa tanto la ideología de los partidos y considera que una de las sombras más oscuras del terreno político es que ya no existe el miedo en distorsionar la realidad, o, “peor aún, en intentar construirla a través de una palabra falseada”.

Por otra parte, con la pandemia a causa del COVID-19, la crisis política fue en aumento y el arribo de las vacunas en lugar de considerarse en una “tabla de salvación para una población que parece ahogarse, se contaminó con la posibilidad de que se lucre con ellas, económica y políticamente”.

Mons. Cabrera López señala que sin embargo, “Junto a estas sombras aparecen también algunas luces”, ante la preocupación por la creciente polarización política, muchas personas e instituciones buscan impactar de manera positiva con sus propuestas, en bien del rumbo del país, con ello se tiene el deseo de que se evite que los ciudadanos deseen no ejercer su voto, y esto se vea reflejado en las urnas”.

“Confiamos, además, en que existen candidatos honestos que, con sincero propósito de servir al pueblo, saben escuchar, hablar y, en conciencia, actuar con verdad” escribe Mons. Rogelio.

También destacó que aun en medio del inmenso daño que ha causado la contingencia sanitaria, en el ámbito económico, familiar, educativo y social ha sido el dolor y aflicción por tantas muertes, lo que ha ocasionado el despertar y el deseo de atender a enfermos y desempleados, en un sinfín de personas e instituciones, y han surgido muchos testimonios de obras de caridad en favor de los más necesitados.

Una vez que explicó en el documento la realidad de la situación política, el Arzobispo recuerda que, se tiene entonces, “el derecho y el deber de votar, no sólo como ciudadanos, sino también como seguidores de Nuestro Señor Jesucristo”, acatando a nuestras obligaciones temporales; estando llamados no solo a votar por la exigencia de nuestra propia conciencia, sino viendo por el bien común, esto ayudará fundamentalmente en la construcción de la democracia.

Concentrándose en la segunda parte del capítulo V “la mejor política”, que va de los números 176 al 197, Don Rogelio toma ciertos textos que reflexiona el Papa Francisco en relación a lo que se considera política actualmente, como ya antes se mencionó; pero resalta la necesidad de tener “una buena política, como vía indispensable para la fraternidad universal y la paz social”.

También toma un concepto que pareciera contradictorio, sobre los que se relata en los números 180 al 182: “el amor político”. El Arzobispo de Monterrey ante esto comparte: “¿Qué tienen que ver esas afirmaciones con el tema que nos ocupa? ¡Mucho! Porque el Sucesor de Pedro nos recordará que un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros penetran en la caridad política, la caridad social. Esta es una forma de rehabilitar la política: el amor no solo se manifiesta en relaciones íntimas y cercanas, sino también en las macro-relaciones: económicas, políticas y sociales”.

Más adelante, Monseñor Cabrera López, selecciona de la carta “hermanos todos” temas como el amor efectivo y la caridad que “está llamada no solo a resolver un problema inmediato, sino a crear un mundo nuevo” y muestra su confianza en que en nuestro estado “hay personas, hombres y mujeres, educados en los valores humanos y cristianos, capaces de ofrecer respuestas rápidas y concretas a las necesidades que vivimos”.

Se muestran ejemplos de actividades que se pueden llevar a cabo para el cumplimiento del amor político, pero también hay un apartado titulado “los desvelos del amor” en el cual se recuerda el compromiso de solidaridad y subsidiariedad, sobre todo con los pobres, y se insiste en un que “el político está llamado a preocuparse de la fragilidad de pueblos y personas y a ser un verdadero constructor de grandes objetivos”.

El Arzobispo recuerda la enorme importancia que tiene el siguiente proceso electoral, que se vivirá el próximo 6 de junio, tanto a nivel local como a nivel nacional, en donde se elegirán gobernantes, presidentes municipales y regidores que conforman su cabildo; diputaciones estatales y nacionales; todos ellos constituirán la LXV Legislatura del Congreso de la Unión de México, a partir del 1 de septiembre del presente año.

Por ello, Don Rogelio escribe una serie de orientaciones que ayuden a antes de emitir el voto, durante la jornada electoral y después de las elecciones.

“Vivamos este proceso electoral con mucha fe en Dios, fe que no puede reducirse al terreno de lo privado y lo individual; con mucha esperanza en la construcción de un Nuevo León y un México mejores, esperanza que se funda en saber que estamos acompañados por Dios Nuestro Señor; con mucha caridad, manifestada en el amor capaz de asistir a un pobre, pero también en buscar su promoción y la transformación de nuestra sociedad” menciona su Excelencia.

Llegando al punto en el que trata particularmente sobre el título de este documento “Por una sinodalidad política” el Arzobispo explica el término “sínodo” que se refiere a “caminar juntos” «De ahí surge la sinodalidad, como expresión de la corresponsabilidad y la participación de todo el Pueblo de Dios en la vida y misión de la Iglesia».

Tomando como referencia “el amor político” del que habla el Papa Francisco, Monseñor Cabrera López, externa: “yo me atrevo a sugerir una sinodalidad política, esperando que nos ayude en la construcción no solo de la democracia, sino de una civilización del amor en nuestro estado. Para ello propongo la sinfonía, la simpatía y la sinergia políticas, como bases de la sinodalidad política”.

Así mismo, se recuerda que “ningún programa, proyecto, partido o candidato representan a la Iglesia Católica, aún y cuando personas que participan de esas propuestas o pertenecen a esos institutos sean católicos. En nuestra Arquidiócesis respetamos a todos, pero no favorecemos a ninguno”.

Será de suma importancia que tanto, las y los candidatos y sus partidos políticos que van a los puestos de elección popular en los próximos comicios, y también todos los que somos electores, nos demos el tiempo de leer este documento propuesto por el Arzobispo de Monterrey, así como los textos del Papa Francisco, para que nos ayuden en construir una mejor democracia.

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