Sacerdotes analizan realidad de la iglesia de Monterrey ante la contingencia sanitaria
Pastoral Siglo XXI.- En el segundo día de la Asamblea Eclesial Diocesana 2021, el presbiterio de Monterrey se reunió de modo virtual, para mirar y discernir los resultados y conclusiones de una investigación social, que se llevó a cabo por el Centro de Investigación Pastoral, con el propósito de conocer y comprender cómo los fieles laicos de la Arquidiócesis de Monterrey, están viviendo la fe en medio de la contingencia sanitaria por la que atravesamos.
Así mismo el día de mañana se continuará este ejercicio con los consejos de Pastoral de cada Parroquia.
El Pbro. José Luis Fernández, miembro del CPI fue quien compartió ciertos hallazgos y conclusiones recabadas en esta investigación realizada en los meses de Noviembre y Diciembre del 2020 en algunas parroquias de nuestra Arquidiócesis.
En términos generales, se observa los cambios en la vida parroquial, por la imposibilidad de asistir físicamente; el tener que trasladar la experiencia religiosa (catequesis, formación, misas horas santas etc) del templo a la casa, lo cual provoca ciertas dificultades que incluso afectan en mantener y vivir la fe.
Durante la presentación se mostraron respuestas de algunos fieles, sin exhibir su nombre y solo conservando edad y género que mostraban su sentir ante esta situación:
“Nosotros hemos caído en la cuenta que esta pandemia nos ha replanteado nuestra misión. Siempre hemos sostenido que la verdadera misión es en casa.Ahora, hemos dado ese giro”.
El Padre José Luis compartió 4 miradas contemplativas, no como soluciones sino más bien como sugerencias a nuevas posibilidades para vivir la fe:
-Pensar en la Iglesia de Casa como una comunidad familiar.
“La experiencia de la fe que es posible también vivirse en él ambiente familiar, no es sustitución de la comunidad parroquial”.
– Pensar en los animadores de la comunidad.
“No es solamente responsabilidad de los sacerdotes o del Obispo o del Párroco, también de los miembros de los grupos de nuestras comunidades, animar a nuestra comunidad, compartir procesos de animación por parte de los sacerdotes y miembros de los grupos, que sobre todos sean capaces de desatar estos procesos internos, de sanción, de recuperación, de emprendimientos de genialidad de creatividad”.
– Cultura del encuentro en el modo virtual:
“Cómo hacer que esté mundo virtual y ese uso de las tecnologías sea capaz de generar una cultura del encuentro, que no solamente se detenga a transmitir acciones litúrgicas sino que también en todo lo demás, sea posible de generar el encuentro cercano, afectivo, significativo para las personas”.
– Comunidad de fraterna y social
Este tiempo ayuda a tomar conciencia de las personas de nuestra comunidad fraterna, es decir, los vecinos, el barrio, la colonia, la ciudad, que quizá no son miembros activos de la comunidad parroquial pero que la están pasando mal, por situaciones complicadas, y entonces este tiempo nos hace reconocer que somos parte de esta otra comunidad, se convierte en posibilidad de vivir la fe.