El tenor Ramón Vargas en charla previa a su concierto para festejar el 25 Aniversario de Conarte habla de sus referencias musicales
Monterrey, Nuevo León. Para el tenor mexicano Ramón Vargas, la música vernácula de su país natal ha sido una referencia para los inicios de su carrera, la que ahora lo coloca como una de las grandes voces en el plano de la operística mundial.
El afamado intérprete, quien este domingo protagonizará la parte artística en el arranque de las celebraciones por el primer cuarto de siglo del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, sostuvo hoy una charla con el M. Ricardo Marcos González, presidente de CONARTE y con Gerardo Kleinburg, crítico musical y promotor cultural.
Dicho concierto se trasmitirá este domingo 7 de junio a las 19:00 horas desde el Bank Austria a través de la página Facebook de CONARTE.
“Mis referencias musicales vienen de mi infancia, con mi padre que le gustaba escuchar a intérpretes como Agustín Lara, Pedro Vargas, Jorge Negrete y Javier Solís”, manifestó el destacado tenor.
“Mi acercamiento y amor por la ópera tiene mucho que ver con esa capacidad que tengo de escuchar las voces e imitarlas y aprenderme las canciones. En realidad, mi gran escuela fue cuando entré al Coro de Niños de la Basílica de Guadalupe y allí tuve la oportunidad de interpretar un montón de música antigua empezado por el gregoriano”.
Tener al maestro Ramón Vargas como artista invitado para la celebración de los 25 años de CONARTE es toda una celebración, afirmó Marcos González en la charla.
“Pero también es una gran oportunidad de escuchar a un grande de la voz de México de todos los tiempos en un concierto muy especial que toca fibras emotivas, y ahora lo que queremos es poder encontrar un momento de hedonismo en la belleza en la música y esa es la esperanza, ese es el mañana”, puntualizó el presidente de CONARTE.
Los inicios en el canto de Ramón Vargas
“En el Coro de Niños de la Basílica de Guadalupe cantábamos misas de Bach, Mozart, y Vivaldi, eso para un niño que venía del barrio de la Villa era algo extraordinario, porque en realidad ahí se me forjó mi sensibilidad a través de cantos, campanazos, estudiar y jugar en los patios de la Basílica y yendo cantarle a la Virgen de Guadalupe; todo los demás vino poco a poco, cuando me encontré por casualidad a mi maestro Antonio López, que es mi gran mentor”, señaló Vargas.
“Luego llegué a Bellas Artes, porque en esa época se pensó hacer una renovación a la ópera y pusieron al maestro Eduardo Mata como director de la ópera; se empezaron a hacer audiciones y fui seleccionado para participar en la ópera Don Giovanni.
“El Palacio de Bellas Artes fue el teatro que me vio nacer y crecer, por ello es uno de mis teatros favoritos”.
Kleinburg señaló que el cantó de Vargas “es una combinación muy afortunada de rigor musical y vocal, es incuestionablemente el más grande tenor de su generación en el mundo. Además, siempre tendrá esa calidez, esa capacidad interpretativa y finalmente eso tiene que ver con la libertad; el rigor de esa música sagrada y la libertad de la interpretación de esos cantantes populares”.
El concierto Morgen! (¡Mañana!), que ofrecerá Vargas incluye piezas de óperas como obras del género y piezas del repertorio vocal mexicano.
Semblanza de Ramón Vargas
Ramón Vargas (México DF, 1960), es un tenor mexicano, uno de los tenores líricos más activos en la ópera internacional de hoy día.
Ganó en 1982 el primer lugar del concurso de canto Carlo Morelli y debutó en 1982.
En 1983 con la ópera Falstaff de Verdi debuta en el palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, fue aclamado como una de las mejores voces operísticas de su tiempo, quizá el de mayor equilibrio en cuanto a belleza y técnica vocal de la época, invitado a formar parte de cuadros operísticos en teatros de Europa, Estados Unidos, Canadá, América Latina y Japón, en que ha grabado varios discos.
Su interpretación de las canciones de Agustín Lara lo han hecho especialmente famoso dentro de su país natal, lo mismo que en España y Colombia.
Realizó el recital de reapertura de la Sala Nezahualcóyotl en el Centro Cultural Universitario de la UNAM en abril de 2010 acompañado por la orquesta filarmónica de la misma institución.
Inició su formación musical cantando como solista en el Coro de Infantes de Basílica de Guadalupe, en su ciudad natal, México, complementándola posteriormente en el Instituto de Música y Arte.
Solista en el Coro de Infantes de la Basílica de Guadalupe, México, bajo la dirección del Padre Xavier González Tescucano, a instancias de este mismo músico, estudió en el Instituto de Liturgia, Música y Arte Cardenal Miranda.
Fue alumno de canto de Antonio López y Ricardo Sánchez. Hace años, estando en lo más alto de su carrera, en una entrevista para la televisión mexicana, el artista recordó que, en su primer contacto con ese coro infantil, su director afirmó que el niño no tenía habilidades para cantar y no permitió que ingresara al coro.
En 1982 debutó en Monterrey, México, en la obra Lo Speziale de Haydn.
En 1983 actúa como Fenton en Falstaff (Verdi) y en 1984 como Don Ottavio en la ópera de Mozart Don Giovanni.
En 1986 se traslada a Austria para completar sus estudios con Leo Müller en la Ópera Estatal de Viena, participando en varias obras.
En 1988 entra en la compañía del Teatro de Lucerna, (Suiza), donde interpreta varios papeles de importancia.
En 1990 decide actuar como independiente, presentándose en teatros y festivales internacionales de renombre con diversas interpretaciones. El mismo año comienza a estudiar con Rodolfo Celletti.
En 1992 actúa en el MET de Nueva York en sustitución de Luciano Pavarotti, lo que supone su debut internacional.
Al año siguiente actúa en La Scala de Milán con motivo del centenario de Falstaff.
Entre sus actuaciones más conocidas figuran el recital que ofreció en La Scala en 1998 con canciones clásicas y su participación en el homenaje a Giuseppe Verdi, dado en Milán con motivo del centenario de su muerte el 27 de enero de 2001, en donde cantó su Réquiem con Riccardo Muti.